Gregg Berhalter podrá ser candidato para seguir como técnico de la selección de Estados Unidos luego que el reporte de una firma de abogados determinó que no ocultó información tras acusaciones de violencia doméstica en 1992 y que involucraron a su ahora esposa.
El reporte, que fue hecho público el lunes por la Federación Estadounidense de Fútbol, también concluyó que la conducta de Berhalter “posiblemente constituye un delito menor o agresión contra una mujer”.
El contrato de Berhalter llegó a su fin el 31 de diciembre y Anthony Hudson, uno de sus asistentes, fue nombrado entrenador interino el 4 de enero. Tomarán la decisión sobre el nuevo técnico cuando contraten a un director deportivo.
“Mi esposa, Rosalind, y yo respetamos el proceso de la Federación”, aseguró Berhalter a The Associated Press en entrevista telefónica desde Gran Bretaña. “Estamos entusiasmados por lo que siga”.
“Estoy abierto a todas las opciones”, añadió. “Es un trabajo que me interesa, y mantengo la opción abierta”.
La firma Alston & Bird llevó a cabo una investigación después de que el excapitán Claudio Reyna y su esposa Danielle Egan Reyna, padres del mediocampista Gio Reyna, informaron a la federación del incidente de 1992 después de que Berhalter decidió darle menos tiempo de juego a Gio en la Copa Mundial.
Concluyó que la familia Reyna no es culpable de extorsión, pero que la conducta de Claudio posiblemente violó las provisiones del código de ética de la FIFA por conflicto de interés, protección de la integridad física y mental y abuso de su posición.
La investigación recabó testimonio de 16 personas pero, de acuerdo a los investigadores, Claudio Reyna se rehusó a hablar, algo que éste negó mediante su representante. La indagatoria incluyó detalles del incidente de enero de 1992 entre Berhalter y Rosalind Santana.
“El señor y la señora Berhalter tenían 18 años y estuvieron tomando alcohol esa noche; comenzaron a discutir dentro del bar; salieron del bar junto y siguieron discutiendo”, indicó el reporte. “Fuera, la señora Berhalter golpeó al señor Berhalter en la cara; el señor Berhalter la empujó al suelo y la pateó dos veces. No se presentó un reporte de policía; no hubo queja o arresto; y la señora Berhalter no pidió atención médica”.
El reporte describió el incidente como “un evento aislado, y no encontramos evidencias que indiquen que el señor Berhalter se ha visto involucrado en una conducta inapropiada similar en otro momento”.
Los investigadores concluyeron que Claudio Reyna “recurrió a su línea directa de comunicación con dirigentes de la Federación para darle beneficios y trato preferencial a sus hijos”.